sábado, enero 30, 2010

LA PUERTA...




Yo sabía
que no debía traspasar la puerta
porque las hienas estarían allí
dispuestas a despedazarme.

Pero no pude resistirme
fue demasiada la tentación
y rodé en el declive
de un sendero que iluminaba
hasta que se me privó de la luz.

¿Se me cegó realmente
o yo misma no quise ver
lo que allí dentro me esperaba?
Si lo sabía...si lo intuía.

Ay el porque de la estupidez humana
que aun sabiendo lo que se canta a gritos
se empecina en no escucharlo

olvidarlo como inocente niñita
que piensa la vida es rosa
y toda la gente honesta y limpia
hasta que las cosas
caen por su propio peso
y ya no hay retorno

Oh las hienas, alli riéndo
y mis pasos regresando
para nunca mas volver
a una tierra que no es mía
donde se matan ilusiones
todo es previsible
y nada es como sueñas...

XIMENA

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