Invierno,arboles desnudos,el viento que aulla en mis oídos una extraña canción que sabe a soledad.Suenan con una liviandad desmesurada el eco de mis pasos que se apresuran para llegar a destino.
Sumergida en esta fria noche,desde el cielo,la luna me contempla pensativa.Ella sabe tanto, de todo aquello que nosotros ignoramos.
Se respiran aires de ausencia.La ciudad parece deshabitada, desprovista de voces,murmullos y risas...
Sé muy bien que no es lo que parece, que hay presencias a mi alrededor...demasiadas para mi gusto.
De pronto aparece ante mis ojos la meta ,el inmenso y pesado portal enrejado, de color blanco inmaculado,que no es suficiente para detener mi caminar, por el contrario puedo atravesarlo sin dificultad,tan solo avanzo y las rejas parecen sumergirse en mi hasta desaparecer ,para luego surgir triunfantes a mis espaldas...
No hay asombro...avanzo hacia una lápida que lleva mi nombre y me doy cuenta que ésta no me contiene,que sólo es un nombre bajo una cruz,un estuche vacío,solo un símbolo del dolor o del alivio,un sitio para el recuerdo o quizas para el olvido.Yo creo que tan sólo es el fin o el principio del suceder.
Continuo mi marcha,necesito encontrarte en ésta nueva dimensión a la cual he accedido sin dificultad, casi diría naturalmente.
Sé que también llegarás.
Muy pronto seguiremos escribiendo nuestra historia que tiene infinitos puntos suspensivos.Aquí ,y aùn más allá,no has deshabitado mi corazón ya desmaterializado...
No existen fronteras para los que se aman desde el alma...ni estaciones,ni espacio, ni tiempo...Aun así el invierno comienza a instalarse en ésta tierra que ya no es mìa.Empieza a nevar pero el frio no existe,éste es tan sólo una ilusión.
De este lado ,la espera me mantiene en vilo...
XIMENA
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